Aún recuerdo cuando a principios de los noventas al trabajar
con la cantante y actriz Laura Flores viajábamos con un enorme case con una Mac
Classic II, y 5 módulos de sonidos. Las secuencias las disparaba desde el Performer
con una Midi Time Piece.
Cuando el midi pasó de moda, al menos en el showbiz en
México, al llegar las secuencias en
audio utilicé durante muchos shows desde los Tascam DA88, Los ADAT de Alesis,
Los multitracks de Mini Disc, los HD24, etc.
Sin embargo, nunca dejé de usar las computadoras. Desde
entonces he trabajado desde mi estudio y en giras usando casi todo tipo de
software: Voyetra, Cakewalk, Performer, Digital Performer, Protools, Sonar,
Nuendo, Cubase, Live, Studio One, etc.
A estas alturas ya me da pereza debatir sobre cual DAW
es mejor. Hay temas como este en el que defender
un software es un asunto de inmadurez.
Y aunque tengo mis preferidos, normalmente selecciono el que voy a usar dependiendo del
proyecto y del tiempo que tengo para entregarlo. Incluso hay clientes que me
piden que las sesiones las trabaje en una plataforma específica.
Viendo en retrospectiva, me doy cuenta que muy lejos
quedaron esos tiempos donde para ponerme
a trabajar necesitaba hasta de un asistente. Así que hoy, aprovechando la madrugada, he decidido
abrir mi compu portátil en el comedor, y solo con unos audífonos en mis oídos trabajar
hasta que amanezca.